5.5.10




















Debería llorar pero ya estás lejos
solo la pesadumbre opaca envuelve mis gestos.
Es un cansancio viejo, tardío, marchito,
sediento de mariposas como de recuerdos nuevos.
Me ocupo en volver la vista por mi hombro
y ya no encuentro más
que los restos de mi propia batalla
de juegos que únicamente pude jugar a solas.
Por eso hoy paso frente al espejo de este eco
que me llega como un mano amiga
y aunque debería llorar
permanezco en estado de mármol
escupiendo memorias saturadas
de rechazos en jaurías,
etiquetando postales anaranjadas y amarillas
que se funden en un mapa a mis espaldas.
Debería llorar pero de lo que queda de mí
algo sigue vivo
sin resignarme al hastío demoledor
a los tules que envuelven con olor a podrido.
Desgastada el alma se yergue
en discontinuos espasmos
anticipando una esperanza, un abrigo, un mensaje futuro.
Por eso ya no pregunto inútilmente
no me lanzo a la búsqueda
de tus respuestas como círculos,
espero junto a la letanía de aquellos soles que envenenan
un atisbo, un milagro detenido,
una palabra, una certeza,un desvío,
el signo del recorrido que me lleva a diferenciar caminos
que me cuenta con reparadora sutileza
que este es el último poema que te escribo.