14.2.08

Su rostro amable,

la discreta coquetería,

el semblante franco

y al presencia eterna.

Su sonrisa indemne,

el silencio cálido,

la mirada transparente,

y la mano abierta.

¡ Qué impune zarpazo

que la ha arrebatado

de mi cotidiana existencia!

Cómo si ya no hubiera

refugio cierto,

como si cerraran

las puertas del destino

como si cayera

en el vacío infinito

como si ya no encontrara

de casa, el camino.

Adiós Teti.

2 comentarios:

P dijo...

Cuento breve:

El hombre entra al negocio porque quiere comprar una mesa. Es una mueblería, pero no antigua. Le ofrecen de varios tipos y modelos, pero el hombre no se decide y se va.

X decir lo que pienso, sin pensar lo que digo dijo...

Gracias preciosa.