Este es el comentario que dejé en el blog de Chimenea de pensamiento. Pero es algo que quise compartir acá también, contigo bloggernauta que por error o por azar has caído en este rincón donde nada está a salvo, salvo el crepúsculo.
Como dice el amigo Frenkel, ¨Yo no le temo a la muerte, no se que fue lo que me pasó...¨, o sí, la ví desde muy chiquita. Yo le temo al olvido, que es la muerte definitiva e inexorable, es la descomposición del alma. Con el olvido nuestro tránsito por este caminito al costado del mundo se evapora en la vastedad de la nada. Quizás por eso me dan chucho los pájaros. ¡¿quién se acuerda de un pájaro una vez que hecho a volar?!
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