25.1.11


¿Cuál es la salida?
¿De que caminos repetidos e inútiles queremos escindirnos?
Esta sensación vacía en qué transito y me transitan, esta superficie brillante que ciega y enraíza sin pudores.
¿Cuál es la salida del silencio opresivo, de las mañanas sin soles, sin nubes, sin aves rasgando el aire y la quietud?
Sobrevivir a nuestra propia desidia, a nuestra siempre certera noche negra.
Deberíamos valorar los pequeños espacios de luz y de calor que logramos generar en solitario, como un triunfo sobre nosotros mismos, sobre nosotros destinados a ser algo más que nosotros mismos, un reflejo, la reinterpretación de aquellos que dejan su huella al rozarnos la vida y la piel.

9.1.11


Así, de pronto, todo se derrumbó,

igual que un decorado.

Veloces relámpagos dibujaron mi alma,

se agrietaron mis labios,

y mis ojos se vistieron de luto.

Después, el silencio se adueñó del planeta.

Así, caminando en el aire

me robé lo que pude,

lo coloqué en mi vientre

y me quedé despierta

hasta que amaneció.

Luisa C. D´Stefano