Necesito
llorar sin motivo
sin tiempo,
sin promesas.
Llorar un
llanto lavativo
enjugador
de pesares,
sombras
danzantes.
Necesito
llorar para desentumecerme
para
sacudir los sentidos.
Llorar no
solo por vos
que estás
muriendo.
Necesito
llorar por mí, por todos,
sufriendo
tu sufrir
sumergidos
en un envejecimiento anticipado,
sin poder
decirlo muy fuerte
porque es
tu sufrir.
Llorar para
lavarme
mi mala
suerte,
mis pésimas
decisiones,
mi alma
rota.
Para ver
mis aciertos,
mi buena
fortuna,
las posibilidades
de mi corazón.
Necesito
llorar como un bautismo tardío,
una tregua
con lo que yo no puedo cambiar,
la
reconciliación con ese futuro que
promete no
quedar en promesas,
que exige e
insiste en que yo tome
unas
riendas que aún no me atrevo a tocar.
07/03/13
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